Otro triunfo a lo Gómez y van.
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| Foto: Rocío Rojas. |
No era fácil el panorama para la fecha, ya que el Lobo contaba con una presión significativa en lo que respecta a la localía: no ganar significaba afrontar los próximos tres duelos seguidos de visitante sin un respaldo de puntos importante. A esto se le sumaba la necesidad del rival, un Racing de Córdoba de mala racha al que incluso quizás un empate no le bastaba. Así se llegó a la tarde de ayer, ante un público numeroso y expectante de ver a su equipo seguir escalando en la Primera Nacional.
En esa lectura, el primer tiempo no fue de lo mejor para el cuadro albiceleste. Arrancó dinámico y hasta parecía que Álvaro Cazula marcaba el primero a los 3', pero fue justamente desviado por Elías Calderón. Sin embargo, pasaron los minutos y fue Racing el que se terminó acomodando mejor, principalmente a través de Emmanuel Giménez. El volante, quien supo vestir la camiseta de Gimnasia allá por el 2007, intentó de tiro libre a los 8', mientras que a los 18' se apuró en un córner y generó un cabezazo de Leonel Fernández que fue atajado por Julio Chiarini. Ese periodo de dominio cordobés terminó con otra astucia de Giménez, que habilitó a Franco Coronel para que este perdiera el mano a mano con el arquero lobo.
Gimnasia respondió con poco, encontrando dificultades cuando la pelota le llegaba a los puntas. Aun así, Juan Tévez logró elevar un buen centro que encontró Fernando Brandán, quién cabeceó elevado. Minutos después, desde un lateral la pelota fue peinada por Tévez para caer en el centro del área. Venían en pareja Brandán y Santiago Rinaudo, tocando este último el esférico con la mano, logrando que Rodrigo Rivero pite la pena máxima. A los 32' llegó la ejecución, en los pies de Brandán, a la derecha de Leonardo Rodríguez. Entró con suspenso, ya que el arquero visitante llegó a tocarla, pero desató el grito de un 23 De Agosto con gran marco de público.
Lo que quedó de la primera mitad no fue la gran cosa. La Academia siguió insistente pero con menos precisión, por medio de Leandro Fernández acomodándose mal en buena posición de remate y en la última con otro tiro libre de Giménez atajado por Chiarini.
El complemento fue mucho menos emocionante. Un Gimnasia bien ordenado atrás logró lastimar en varias precipitaciones por las bandas, destacando una de Emiliano Endrizzi que terminó en los pies de Tévez sin que este último defina correctamente. Luego, desde el banco Jorge Juárez puso su rapidez para dejarle un mano a mano a Abel Argañaraz, quien no pudo ante Rodríguez. Más allá de esos chispazos, el local esperaba y cedía la propuesta a su rival.
Del otro lado se vio un visitante mucho más deslucido, ensayando más que nada tiros desde afuera, entre los cuales el más claro fue el de Leandro Fernández. Sin embargo, como parece indicar la guía de los 1-0, no les podía falta una peligrosísima sobre el final. La tuvo Augusto Berrondo, quien tras una linda jugada colectiva quedó en medio del área ante un Chiarini que ya había salido a cortar. Por suerte para el público jujeño que contuvo la respiración, la definición se fue por arriba del travesaño.
Aunque Gimnasia tuvo oportunidad de ampliar el marcador, incluso en la última jugada de Leandro González, Rivero decretó la victoria por la mínima. Así, haciendo valer su cerrojo defensivo, Mario Gómez se guardó otros tres puntos en su bolsillo, que ahora ubican a sus dirigidos entre los cinco mejores de la Zona B. Se gestó un festejo emocionante en el centro de la cancha, con el plantel cantando al unísono con la hinchada.
