Capítulo 18 del
Nacional.
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Foto: Prensa Ferro. |
En una tarde para el olvido, Gimnasia fue vapuleado ayer
contra Ferro Carril Oeste. Segunda derrota consecutiva, el puesto de
clasificación en peligro y ¿golpe de realidad?
Con la vuelta de
Fernando Brandán al equipo y con dos de las cuatro adquisiciones del último
mercado de pases, el Lobo llegó a Buenos Aires con la esperanza de arrancar la
segunda rueda del certamen con una sonrisa y consolidarse en la parte de arriba
de la tabla. Ferro, con aspiraciones de reducido y de adentrarse en la charla, seguir estirando su invicto de ya 9 presentaciones sin conocer la derrota.
El comienzo del juego mostró al local con iniciativa. Apenas había pasado el minuto cuando Pablo Alvarado tras un centro de córner conectó con una pelota que se fue por arriba del arco, manoteada por Julio Chiarini. Con mucha paciencia, el conjunto dirigido por Jorge Cordón se hizo dueño del mediocampo y empezó a arrinconar a la visita, taciturna y con considerables desatenciones.
A los 8’ en una jugada por derecha Jonathan Herrera pudo haber adelantado al Verdolaga, pero el línea cobró posición adelantada. Significó una advertencia para Gimnasia, que dejaba mucho espacio libre por la banda de Emiliano Endrizzi. Tuvieron que pasar 18’ para que la visita tenga sus primeras aproximaciones al arco contrario. Álvaro Cazula tuvo en sus pies la primera clara cuando remató dentro del área grande, más su tiro se fue por arriba del travesaño.
El marcador se abrió
para Ferro en una jugada exquisita que nació desde la derecha, en la que Hernán
Grana ubicó a Gastón Moreyra, para que éste recibiera, controlara, pegara media
vuelta y definiera sin oposición de Chiarini. 30’ y el encuentro se hacía
cuesta arriba.Después de eso, la defensa albiceleste no ofrecía garantías y
sufrió las posteriores embestidas del enérgico Moreyra y también de Martín
Campos. Fue un poco por falta de precisión local y mucho por la determinación
del golero de Gimnasia, que el partido no terminara su primera etapa con un
resultado más grueso.
La segunda mitad se inauguró con una llegada que prometía señalar el empate. En una rápida acción, Juan Tévez aguantó el balón y asistió a Fernando Brandán, quedando enfrente del arquero. Desafortunadamente, el Vikingo no resolvió de la mejor manera y su remate tímido y rasante terminó sin problemas en las manos de Luciano Jachfe.
De a poco, la visita empezó a hilvanar algunos pases y parecía que el ímpetu del equipo de Caballito se había diluido. Pero más allá de aquellas conexiones y lo disputado que se había vuelto el juego en la mitad de la cancha, el cuadro jujeño no conseguía generar chances concretas de peligro. Por eso, y aprovechando los groseros espacios que el fondo albiceleste concedía, a los 25’, tras un pase filtrado de Kevin Vázquez, Pablo Palacio con un tiro bombeado estiró la ventaja para Ferro, entrando solo.
Luego, el conjunto de Mario Gómez no se repuso, no tuvo reacción ni ambición de intentar descontar el resultado, y un poco más de diez minutos pasaron para que la historia se sentenciara y se convirtiera en una pesadilla. Producto de una espectacular jugada colectiva, el ingresado Nicolás Retamar, afincado en el área y sin marca, pegó cruzado y al ángulo de Chiarini para desatar el júbilo de los hinchas presentes y terminar de liquidar a un rival apático.
Sin respuestas anímicas ni futbolísticas, Gimnasia volvió a perder en condición de visitante. Nunca plasmó su idea de juego, casi no llegó arco y fue superado ampliamente en todas las líneas. Los jugadores y el cuerpo técnico deberán hacer una fuerte autocrítica si es que quiere pelear seriamente por un lugar en la zona privilegiada. El próximo duelo será en Mar del Plata contra Aldosivi.