En duelo de lobos.
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Foto: Gastón y René Contreras. |
El conjunto comandado por Matías Módolo enfrentaba el partido más importante y complicado hasta ahora, ante el único puntero e invicto de en su zona en esta edición de la Primera Nacional, Gimnasia de Mendoza. Con una buena racha en sus espaldas, dos triunfos con uno en Salta incluido, sabía que esta oportunidad como local era única: de ganar, el Lobo le robaba la posición en la cima a su homónimo cuyano.
Así se sintió desde el principio. Con un marco colorido y el regreso de Santiago Camacho, desde los primeros segundos se sintió una atmósfera prometedora, reflejada en los buenos movimientos con pelota de la escuadra albiceleste. Fue el mismo Camacho quien intentó el primer remate al arco, cruzado y muy cerca del palo de César Rigamonti a los 5'.
No pasaría mucho tiempo más para la primera emoción. Confirmando el excelso momento que viene pasando, a los 7' Cristian Menéndez inventó un tiro de emboquillada al ver adelantado al arquero visitante, logrando la pelota una curva muy amplia hasta colarse por el lado izquierdo. Golazo y golpe en la mesa del Gimnasia jujeño, ante un desconcertado Lobo mendocino.
Durante los minutos siguientes el local asentó su superioridad, marcando el ritmo del encuentro y eligiendo sapientemente los caminos en el medio y la ofensiva, ya sea por medio de pelotas aéreas a Alejandro Quintana o por arrebatos espontáneos de sus volantes. A los 16' pudo marcar su segundo tanto, cuando Emiliano Endrizzi sacó un gran centro y Quintana estrelló un cabezazo en el palo. En el rebote, Camacho no pudo meterla.
El otro Gimnasia, poco acostumbrado durante esta campaña a estar abajo en el marcador, no ensayó respuesta alguna, con la excepción de algunos remates desde afuera del área. Jeremías Puch a los 17', cerca, y Facundo Lencioni a los 29', forzando una respuesta de Milton Álvarez.
En el trecho final de aquella primera mitad el cuadro albiceleste se retrasó en el campo de juego y perdió parte del control sobre el pulso del encuentro. Para el colmo, el capitán Guillermo Cosaro se retiró lesionado, dando ingreso a Sebastián Sánchez, quien sumaba minutos por primera vez desde su regreso.
Era la oportunidad de la visita para acelerar en busca de la igualdad, pero en un cambio de demostrativa capacidad de recambio y oportunismo, el Gimnasia local fue quien volvió a engancharse en los últimos minutos. A los 43', Francisco Molina logró un cabezazo tenue que Rigamonti capturó con facilidad, pero a los 46' el resultado fue otro. Bruno Palazzo desde la derecha encaró y cedió para Hugo Soria, quien la mandó por arriba para, ahora si, encontrar un cabezazo bien direccionado de Molina que significó el segundo tanto. Arriba en el juego y en el marcador, se iban los de Módolo a los vestuarios.
El complemento pareció ser otro partido. El local se mostraba, con razón, satisfecho de su performance y el resultado parcial, algo que podría haberle jugado en contra si su rival hubiera tenido algún ápice de reacción, algo que nunca terminó por suceder.
Lo que si hubo en esta segunda mitad fue un show de tarjetas. Juan Pafundi castigó, merecidamente, el juego brusco del conjunto jujeño, que recibió cinco amonestaciones en los primeros quince minutos (entre ellos Hugo Soria, quien no podrá jugar ante Nueva Chicago). Otra incidencia fue una nueva lesión, esta vez de Daniel Juárez, quien había ingresado desde el banco y se retiró muy resentido pasada la media hora. Para agregar alguna emoción, una jugaba combinada entre Juan Pablo Córdoba y Diego López casi decreta el tercer tanto a los 34'.
Finalmente, en medio del clima efusivo del 23 De Agosto con la gente entusiasmada por llegar a la cima de las posiciones, llegaron las dos expulsiones que cerraron el asunto. Brian Ortigoza, otro que inició como suplente, se ganó la doble amarilla a los 37' primero por protestar y luego por una falta contra Menéndez. A los 48' fue el turno de Sánchez, quien vio opacada por también una doble amarilla su buena actuación cubriendo a Cosaro.
No hubo tiempo para más. Sonrisas anchas en todo el plantel, el cuerpo técnico y la gente, a sabiendas de haber ganado un duelo clave. Si a eso se le suma que el próximo fin de semana vuelve a jugar como local, no buscando la punta sino defendiéndola, se trató de una tarde soñada. Sin embargo, también se sabe que esto recién empieza, por lo que será esencial mantener el mismo ímpetu y saber lidiar con las cada vez más regulares lesiones y las bajas por sanción.