Amarga dejada de puntos.
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Foto: Gastón y René Contreras. |
Los dirigidos por Matías Módolo, líderes de la Primera Nacional, volvían a presentarse ante su público, obligados a volver al triunfo en el 23 De Agosto, donde no cosechaban victorias desde hace tres juegos. Algo tocado por la sanción a su arquero estrella, Milton Álvarez, se le presentaba una oportunidad inmejorable, con la visita de uno de los coleros, casi descendido, Defensores Unidos de Zárate. Pero, en una categoría donde cualquiera puede hacerle frente a cualquiera, el Lobo no sabía que le esperaba otro dolor de cabeza.
Durante los primeros minutos del encuentro hubo un breve lapso donde el CADU mostró un planteo poco esperado, con posesión y varios metros adelantado. Esto no duró mucho, aunque fue una muestra de que el elenco de Santiago Davio no venía a hacer de caperucita para el Lobo.
Una vez en dominio, Gimnasia comenzó a realizar algunas buenas conexiones, gracias en parte al regreso de Francisco Molina. A los 8' un primer intento de Emiliano Endrizzi, quien tras una jugada del Oso, remató feo y desviado dentro del área. Tres minutos después, disparo fuerte de Santiago Camacho desde afuera, algo más cerca pero afuera de igual modo. Sobre el primer tercio de juego, un tiro libre del mismo Molina fue muy al medio y muy arriba.
Cerca de los 20', el conjunto jujeño empezó a demostrar su poderío para acercarse a la apertura del marcador. La más clara estuvo en los pies de Alejandro Quintana, quien tras un error en el despeje de Federico Marchesini quedó solo en carrera ante Mauricio Aquino. La definición no fue mala, solo que la reacción del arquero visitante fue mejor, sacando al córner. Otro que andaba muy movedizo era Cristian Menéndez, quien amagó con volver al gol con algunos disparos y una jugada carambolesca que quedó en la nada.
Luego de un breve respiro para el conjunto visitante, cerca de la hora de irse al vestuario, Gimnasia volvió a arremeter. A los 38' otra en la que brilló Aquino: Quintana se la bajó de cabeza a Camacho, quien se acomodó y definió antes del cierre de los defensores, solo para encontrar el desvío en el golero. En el rebote, Hugo Soria probó desde afuera y casi ajusticia. En la última de aquella primera mitad, Molina quedó habilitado por el sector izquierdo, pero se tardó mucho en posicionarse y no llegó a definir. Al descanso con la frustración de las chances desperdiciadas.
Maximiliano Casa ingresó en lugar de Molina, con efectos inmediatos ya que antes del minuto de reanudadas las acciones tuvo un buen desborde, centró y alguna pierna le sacó la definición a Quintana. Lo que siguió fueron más intentos no fortuitos de Gimnasia, hasta entonces cumpliendo con una buena labor, pero mostrándose cada vez más torpe en sus intentos de ataque. Cabezazo muy desviado del Polaco, feo remate de Soria. El gol ya no parecía cerca.
Para el colmo, Defensores comenzó a ligar en el otra área. Un disparo de Lautaro Ceratto se desvió en Dematei e increíblemente terminó pegando en el travesaño. Este esfuerzo del destino por castigar la ineficacia del Lobo terminó por cobrar a los 9'. Centro de Juan Arguello para encontrar la cabeza de Ceratto, superando este la marca de Guillermo Cosaro y el mal anticipo del reemplazo de Milton, Sebastián Anchoverri. Baldazo de agua fría con peligro de convertirse en pánico escénico. Como local (y encima escuchando sobre el resultado favorable de Mendoza), la escuadra albiceleste perdía en su casa ante un equipo que solo había ganado una vez en 23 fechas.
Durante los momentos que siguieron al gol, con cambios y todo, Gimnasia estuvo lejos de su mejor versión. Obligado, tenía y tenía la pelota, sin llegar a los metros finales con oportunidades reales de lograr el urgente empate. Aquí fue donde llegó la modificación para torcer este feo camino. Gustavo Fernández entró a la cancha y tan solo unos segundos después, tras un gran centro de Nicolás Dematei, decretó la igualdad con un cabezazo al suelo a los 22'.
Respirando, mucho más tranquilo, Gimnasia tenía todo para volver a rearmarse. Sin embargo, mientras pasaban los minutos, la imprecisión se hacía cada vez más presente. Jugadas de tiro libre que no llevaron ningún riesgo, el Tortu apareciendo otra vez de cabeza pero conectándola mal. Peinada de Quintana, intento de Menéndez. Módolo había puesto cuatro delanteros en cancha, el público empujaba, más ni así el Lobo pudo acorralar a su rival,
A los 36', grosera omisión de Maximiliano Macheroni, ante un claro penal de Aquino sobre Quintana. Un minuto después, contraataque zarateño que pudo ser fatal, de no ser por la ambición de Alejandro Toledo rematando en vez de ceder hacia alguno de sus compañeros. Ya sobre el final Defensores supo planchar bien las acciones. Lo único que quedó de Gimnasia fueron más intentos desesperados de Menéndez e interminables traslados de Rodrigo Velázquez.
Fue 1-1, cuarto empate consecutivo en su cancha para el, todavía, puntero de la divisional. Porque si, Gimnasia sigue siendo el único líder, pero todos estos puntos perdidos en su cancha empiezan a presentarse como fantasmas. Mendoza todavía tiene un partido pendiente para igualarse, Chacarita y Deportivo Morón ganaron, Temperley, el próximo rival, viene en levantada. Todo un pelotón de perseguidores que se ven beneficiados de tropiezos como estos. Gimnasia, que sigue siendo el mejor equipo del torneo, ahora deberá defender un largo invicto en el complicado sur bonaerense. Pase lo que pase allí, cuando vuelva a Jujuy, deberá acordarse de ser el Lobo.