21 may 2025

EL DÍA QUE LA VIOLENCIA REINÓ EN EL 23 DE AGOSTO

Cinco expulsados, árbitros detenidos y un patrullero quemado.
Foto: Archivo LNW (El Tribuno).
A 42 años de uno de los episodios más oscuros de la historia albiceleste. Gimnasia, que venía puntero, perdía como local ante el desconocido Ficoseco. Antes de que el partido pueda concluirse, se desató el caos.

REPORTAJE ORIGINAL PUBLICADO EL: 18/12/2019. EDICIÓN ACTUAL: 20/05/2025.

Transcurría diciembre del año 1983, llegaba a su final la dictadura y Raúl Alfonsín asumía como presidente de la Nación. Sin embargo, la violencia heredada del periodo más oscuro del país no se alejaría tan fácilmente.

Se disputaba la edición 1983/84 del Regional que servía para clasificar al Nacional de Primera División. Gimnasia no pudo acceder a la plaza fija que poseía la Liga Jujeña (quedó en manos de Zapla), por lo que debió disputar este torneo en un grupo compartido con Atlético Ledesma, Juventud Antoniana, Independiente de Hipólito Yrigoyen y Deportivo Ficoseco. Este último, club pionero en la forma experimental de empresarios/políticos de crear equipos de la nada, en este caso por parte de la familia que se erige con el poder en El Carmen.

Volviendo a lo importante, el Lobo era dirigido por el histórico Celso Benjamín Fernández, quien había armado un equipo medianamente improvisado. Los resultados iniciales fueron un grata sorpresa, con cuatro victorias y una derrota para llegar punteros a recibir a Ficoseco y encaminarse al Nacional. El árbitro designado fue Humberto Dellacasa, hijo del mismo Dellacasa más afamado por su arbitraje en los 60' y los 70' en Primera y a nivel internacional (padre e hijo fallecieron esta década, en 2013 y 2018 respectivamente).

La hinchada del Lobo se acercó al 23 de Agosto con ilusión gracias a un plantel que, sin grandes nombres, prometía. Lo que vendría, en realidad, sería una tragicomedia futbolística bizarra y violenta.

El trámite se puso caliente desde el arranque, a los 5', con un penal a favor del equipo albiceleste. Relata el diario El Tribuno que los jugadores de Ficoseco reclamaron hasta que el jugador Cuello tuvo que irse al vestuario. Increíblemente, el colegiado retrocedió la decisión y el penal no se efectuó.

Luego, el que vio la roja fue el volante local Oscar Romano, según sus propias palabras por un simple reclamo. A los 43', el defensor Sergio Armengot cruzó a un jugador visitante y Dellacasa pitó otro penal, esta vez para Ficoseco. En una nueva tanda protestas, el que se fue expulsado en Gimnasia fue José Coronel. El delantero Gelmetti concretó a través de la pena máxima el primero de sus tres goles esa tarde para el elenco frutillero, ante un rival que con nueve jugadores regaló el terreno constantemente en busca del empate.

Ya con la goleada recibida, a los 23' del complemento, Julio Bulacio cometió otra falta, "inocente infracción" señala El Tribuno, que le valió la expulsión. Álcides Charaviglio fue el siguiente, en las protestas correspondientes a la misma jugada. Y en ese punto podemos decir que el fútbol terminó.

Dellacasa disparado al vestuario, en persecusión algunos jugadores de Gimnasia.
Foto: Archivo Historia GyE (Diario Pregón).
Con todo el plantel albiceleste encima tras la cuarta tarjeta roja, Dellacasa emprendió una encendida corrida hacia el vestuario (emulando a su padre, que había participado en un hecho similar en un Central Norte-Boca años antes).

El público, como ya nos tiene acostumbrado en el fútbol nacional, reaccionó de la peor manera posible. Sobre los vestuarios y el campo de juego llovieron piedras, y con el descontrol trasladado a las inmediaciones, la policía no tardó en ponerse en acción para reprimir a la gente de modo indiscriminado. Mención especial para Juan Carucha Lugano, trabajador de inferiores por esa época, quien trató de mediar para evitar el ataque a los hinchas.
Tumultos en el campo de juego.
Foto: Archivo Historia GyE (Diario Pregón).
Mientras tanto, según señala también el tradicional diario, Dellacasa pidió a autoridades de la Liga Jujeña la disposición de un helicóptero para retirarse del estadio. Dicho pedido no fue cumplido, pero lo que si ocurrió fue que el juez y sus asistentes se retiraron disfrazados de bomberos para evitar cualquier linchamiento. Sí, de bomberos, termino utilizado en la jerga futbolística para referirse a un juez imparcial.

Eventualmente la policía empezó a utilizar disparos y, en contraparte, un patrullero terminó siendo incendiado por algunos malvivientes. La odisea de Dellacasa, por su parte, finalizó en detención, básicamente por haber agredido al DT jujeño en su salida del campo de juego. Misma suerte tuvieron sus jueces de línea.
Fuerte imagen, niños contemplando un vehículo recién tumbado.
Foto: Archivo Historia GyE (Diario Pregón).
En los escritorios terminaría esta historia, con la suspensión del 23 De Agosto y de nada más ni nada menos que 15 jugadores del plantel, en su mayoría titulares. Esto desembocó en un triste final deportivo, los pibes del club consiguieron un empate 3 a 3 ante Juventud la fecha siguiente, pero ante Independiente en Orán fueron derrotados. Atlético Ledesma, a la larga, se quedó con la plaza al Nacional.

Las sanciones finales más severas, cuyo cumplimiento sería difícil de comprobar, incluyeron: 5 años (3 y medio efectivos) para el arquero José María Tormo (habría sido el que llegó al contacto físico con Dellacasa); 8 partidos para Raúl Sosa y Armengot; 6 partidos para Charaviglio y Omar Riquelme. También fueron sancionados Romano, Wilson Rojas, Coronel, Aníbal Díaz, Alejandro Yécora, Rubén Aranstein, Mauricio Cocha, Carlos Herrera, Nicolás Roselli y Julio Bulacio. El martirio administrativo-judicial fue llevado a cabo por el presidente de Gimnasia, Eduardo Fernández, y hasta despertó la intervención del diputado radical Adrián Álvarez.

Sin dudas, un triste acontecimiento que por suerte no contó con víctimas fatales. Recordatorio de que el fútbol en nuestra sociedad es tristemente una chispa que puede provocar el peor de los incendios en cualquier momento.

FUENTES: Investigación LNW (Diario Pregón y Diario El Tribuno de Jujuy).