La pelea por la final se ve ahora lejana.
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| Foto: Prensa GyE. |
A pesar del revés sufrido la semana pasada en Mendoza, duro pero esperable, las ilusiones se renovaron para un nuevo encuentro clave del Lobo jujeño en el sprint final de la fase regular. El panorama era claro, obligación de ganar ante un Nueva Chicago ya afuera de todo para no pasar a depender de algún posible tropezón de Gimnasia de Mendoza.
Todavía afectado por las bajas en la columna central del equipo (Guillermo Cosaro, Nicolás Dematei y Francisco Maidana), Matías Módolo pudo por lo menos recuperar a Emiliano Endrizzi. Además, en la delantera optó por poner a Maximiliano Casa como titular por segunda vez desde la llegada del ex San Martín de San Juan. Las cosas claras en el soleado mediodía de Mataderos.
Las expectativas se mostraron altas rápidamente. Durante la primera mitad el esquema albiceleste no favoreció un nivel ofensivo arrollador o, por lo menos, efectivo. El juego se hizo más que nada trabado en el mediocampo, muy brusco sobre todo por parte del elenco local.
Casa, la apuesta de desborde y velocidad, no terminó por encajar en el planteo jujeño. Tampoco se sufría atrás, ante el débil planteo del Torito, pero con la máxima de tener que llevarse los tres puntos, esta primera mitad donde no se pateó al arco no pudo sino dejar preocupación.
El complemento vio una mejoría leve en el espectáculo deportivo, aunque no inmediatamente. Lo único que pudo concretar el Lobo en los primeros minutos de reanudación fue un cabezazo de Diego López, desviado a los 6'. Ya bien en el lleno del desarrollo, la figura de Francisco Molina comenzó a gravitar más. El Oso arrancó con un intento desde afuera, con mala dirección.
Del otro lado, sin embargo, se comenzó a sufrir algunas arremetidas por parte Chicago. En una jugada que terminó siendo invalidada por offside, Milton Álvarez le sacó un remate a Iván Maggi. Luego, Brandon Cortés intentó desde afuera dos veces sin éxito. Un pasaje digno de llamado de atención para la endeble defensa jujeña.
El ingreso de Daniel Juárez significó una bocanada de aire para generar más conexiones en metros finales. Igual, primero volvió a alertar Molina, en una escapada por la izquierda donde pudo dar el pase atrás, prefiriendo un remate que terminó en el travesaño a los 28'. Tres minutos después, Pajarito armó una buena jugada que terminó despejando Facundo Ferrero, quedándole al mismo Juárez para un remate de mediavuelta que no tuvo la fuerza necesaria. Este lapso mostró la cara del Gimnasia que se hubiera querido durante una franja mucho más amplia de partido. De hecho este pasaje tuvo un bonus, cuando a los 39' Rodrigo Velázquez ensayó una chilena dentro del área que se fue también por arriba. Quizás en otro universo ese gol soñado se daba y hoy estaríamos hablando en un clima totalmente opuesto.
Lamentablemente, los minutos finales desnudaron las falencias del otrora mejor equipo de campeonato: su incapacidad de mostrarse como tal de manera firme y altiva. A los 45' una errada increíble de Ignacio Rodríguez se mostró como anticipo. Ya en tiempo de descuento, en lugar de ser el equipo protagonista que arrincona a uno de los coleros para robar con autoridad los tres puntos, el Lobo sufrió el destino opuesto. Tiro de esquina para los de Gastón Lotitto, cabezazo al palo de Rodríguez, mal despeje de Fernando Duré. La pelota le queda a Nazareno Petrecca, puntín al área y mala salida de los defensores para dejar habilitado a Leonel Ortíz, quien terminó fusilando a Milton a los 49'.
No nos vamos a mentir, poco hubo para rescatar y el elenco mostró un rendimiento paupérrimo en instancias decisivas mucho más comprometedor al visto en Mendoza, esta vez ante un equipo que ni siquiera concentró. A este Gimnasia, es difícil visualizarlo en la final, ahora no solo por las matemáticas sino por lo reflejado en el verde césped. También vale mencionar que el Lobo sufrió por primera vez en más de un año dos derrotas seguidas, una muestra del sólido proceso de Módolo a cargo del plantel. Con esto se pueden triangular ciertas definiciones: ni con un recorrido bien trabajado y comprometido se puede garantizar, en este largo e impredecible certamen, el logro de las metas soñadas.
A Gimnasia le quedan tres fechas para revertir la imagen de esta presentación. Ya no se sabe a ciencia cierta el rol que desempeñará en las definiciones, pero si se sabe que este equipo por lo menos se ganó el acompañamiento hasta el final. Que estos jugadores pueden dar más y volver a demostrar la garra que sacaron tantas veces este año, para así, pase lo que pase, llegar al destino final como si fueran uno con la hinchada albiceleste. Por lo pronto, no darle oportunidad a Agropecuario en el 23 De Agosto el próximo domingo.
